Medialuna Editorial

LA ORATORIA ESTÁ DE MODA

Napoleón resumió claramente la importancia de la oratoria: “Para hacerse comprender lo primero que hay que hacer con la gente es hablarle a los ojos”. Aristóteles dos mil años antes sentenció que “La habilidad para expresar una idea es tan importante como la idea misma”. El ejercicio de cualquier profesión u oficio requiere de buena comunicación. Conviene, en primer lugar, describir brevemente la oratoria y proponer algunas pautas para ponerlas en práctica en cualquier ámbito de la vida en el que ejerzamos nuestra profesión. 

Oratoria es el arte de hablar con elocuencia, según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, RAE. En segunda acepción es un género literario que se concreta en distintas formas como discursos, disertaciones y conferencias. Su fin es persuadir, convencer, motivar. Un buen orador es aquel que transmite información y, además, influye en las emociones de sus oyentes.  

La oratoria surgió en Sicilia (Italia), pero fueron los griegos los grandes impulsores de este arte creando incluso la figura del logógrafo (que redactaban los discursos para otros). Algunos de los oradores clásicos más significativos fueron los siguientes: 

  • Demóstenes (Grecia, 384 a.C.), considerado el máximo orador de la Grecia clásica. Tartamudo de nacimiento, la tradición cuenta que para superar su impedimento hablaba con la boca llena de guijarros y ensayaba discursos frente al mar embravecido. 
  • Sócrates (Grecia 469 a.C.), filósofo griego, maestro de Platón y Jenofonte y creador del método socrático, la mayéutica, que consiste en llevar al interlocutor a pensar por sí mismo a través de la formulación de preguntas inocentes y ejemplos sencillos.  
  • Marco Tulio Cicerón (Italia 106 a.C.). Sus discursos y tratados de oratoria han llegado casi completos hasta nuestros días.  

En la historia contemporánea, contamos con ejemplos de discursos de personalidades que inspiran a millones de personas, como el de Martin Luther King, Barack Obama, Steve Jobs. Hillary Clinton se posiciona en los últimos tiempos como una mujer con grandes dosis para conectar con la audiencia y de transmitir confianza, amor y fortaleza. ¿Qué tienen u ofrecen muchos de ellos? Las audiencias recuerdan dos aspectos de cualquier orador: la información que ofrece y las emociones que traslada. 

En Medialuna sabemos del valor de la oratoria y, sobre todo, de las emociones. Hemos desarrollado un método propio para aprender y entrenar el arte tan milenario de la oratoria. Lo llamamos Sin vergüenza. Damos talleres, charlas, realizamos entrenamientos colectivos e individuales. Pregunta por este taller en mpescador@medialunacom.es